Soy una mujer de tradiciones, y como tal, me gusta mantenerlas. Por eso, todos los años voy a, por lo menos, un par de festivales de música indie durante el verano. Este año le ha tocado el turno al Sonorama Ribera y al Low Festival.
Acudir al primero de estos festivales probablemente sea una de mis tradiciones más antiguas y es que le visto nacer y crecer porque se celebra en Aranda de Duero, el pueblo de mi madre. Al segundo, el Low Festival, también le tengo mucho cariño ya que acudí a su segunda edición, de la cual me vine con muy buen sabor de boca, pero no tanto como este año. Chapó a los dos. ¡Muy grandes! Gracias por haberme dado tan buenos momentos. En este primer post, hablaré del Sonorama. Esta es mi crónica.
Sonorama Ribera
Por motivos de trabajo, solo pude hacer una visita exprés a este festival que se celebraba del 13 al 16 de agosto del 2014, en concreto únicamente acudí a la cita musical del viernes. Aún así y a pesar de las prisas, los viajes en autobús y las horas sin dormir, mereció la pena. ¡Vaya que sí mereció la pena! Disfruté de los conciertazos de Second, Depedro y unos grandísimos León Benavente e Izal. También vi a Amaral. He de decir que los de Zaragoza tienen una genial puesta en escena y la voz de Eva… increíble. Sin embargo, ya es la tercera vez que los veo en un festival y me reafirmo en que su estilo musical no me llega, no me cala, no me conquista. Aún con todo, cuentan con mi más merecido respeto ya que demuestran pasión y profesionalidad sobre el escenario, y eso siempre es de agradecer.
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