A pesar del pánico despertado por la lluvia y los rumores de la posible cancelación de los conciertos, el Mad Cool se desarrolló ayer en perfectas condiciones. Si el inicio el festival sí estuvo un poco pasado por agua, el tiempo nos respetó para disfrutar de los que fueron los grandes conciertos de la noche: Quique González y Foo Fighters. Me quedé sin ver a Foals o Belle & Sebastian, que también me gustan mucho, pero cuando los horarios coinciden toca elegir y en esta ocasión no tengo duda de que fue la decisión adecuada.
Con chubasquero, bolsas de plástico en los pies y muchas ganas de disfrutar, entramos en la Caja Mágica que, a diferencia de la pasada edición, ha modificado los escenarios para llevar prácticamente la totalidad de la oferta musical al aire libre. Se trata de una decisión adecuada ya que el año pasado únicamente había dos escenarios en este espacio, además de tres escenarios cubiertos y limitados por aforo dentro de la propia Caja Mágica. Esto suponía una logística complicada a la hora de desplazarse de uno a otro y, lo más importante, se olvidaba la idea de estar en un festival, no había césped, no había cielo… Solo un espacio cubierto.
Como comento, este año se han creado cuatro escenarios al aire libre que nos permiten movernos de uno a otra de una manera más sencilla. Otro dato positivo, el pago de las consumiciones este año es en efectivo en vez de con la pulsera de acceso al recinto, que el año pasado dieron muchos problemas.
Como punto negativo a destacar: el espacio de restauración. En esta ocasión lo han trasladado a la parte cubierta, en donde además hay un pequeño escenario. Colas infernales, olores (además de la comida hay varios baños en la zona)… En definitiva, mala decisión.
Pero vamos al lío… ¡la música!