¿Por qué Rosalía es un fenómeno mundial imparable? Porque es la nueva diosa de la escena musical. Porque su talento va mucho allá de unos videoclips y una puesta en escena brutal, donde lo quinqui y la belleza se abrazan siendo su reconocible sello de identidad, y de unos visuales espectaculares inspirados en el trabajo de Frida Kahlo creados por Filip Custic. Porque Rosalía es talento, tradición, frescura e innovación. Y porque «El mal querer» es el disco más esperado del año, y del que es imposible escapar. Da igual si te gusta o no el flamenco, la música de Rosalía va mucho más allá. Una vez que la has escuchado te atrapa, se mantiene dentro de ti, y cuando la has reposado, descubres que su trabajo es una obra maestra imprescindible.
El disco, producido por El Guincho y la propia Rosalía, está magistralmente estructurado en capítulos que recorren todas las etapas de una relación tóxica de pareja: Augurio, Boda, Celos, Disputa, Lamento, Clausura, Liturgia, Éxtasis, Concepción, Cordura, Poder. Todo un repaso por momentos sentimentales en los que, de una manera u otra, es fácil identificarse. Desde el enamoramiento obsesivo (Malamente) hasta la vida en pareja, la ruptura y por último, el empoderamiento de la mujer frente al hombre (A ningún hombre).
Las joyas de «El mal querer»
Además de los adelantos que ya llevamos semanas tarareando (Malamente, Pienso en tu mirá, Di mi nombre), canciones como Bagdad (Capítulo 7: Liturgia) son puras joyas. Tal es el fenómeno Rosalía que Justin Timberlake concedió que parte de la la melodía de su tema Cry Me A River (2002) se pudiera utilizar precisamente en Bagdad, y por lo visto el resultado le ha gustado mucho. A mí me tiene totalmente enamorada.
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